martes, 27 de noviembre de 2012

El territorio del gato

El Territorio del gato en libertad

El gato es capaz de adoptar dos estilos de vida diferentes: uno solitario y territorial y otro más social en el que puede formar grupos numerosos. Aunque no es el único, el principal determinante de la estructura social de los gatos parece ser la abundancia y distribución del alimento. En general, la densidad de población de los gatos es mayor en zonas urbanas que en áreas rurales.

El gato ha sido descrito como una especie amante de la vida solitaria y territorial. Esa ha sido la conclusión a la que han llegado los científicos que han estudiado el comportamiento de los gatos en estado salvaje o semisalvaje. Sin embargo, los amantes de los gatos saben bien que estos felinos son capaces de compartir un mismo territorio y vivir en paz. ¿Cuál de ambas observaciones es la correcta? ¿Son los gatos animales con dos caras?

La explicación de esta aparente contradicción se encuentra en la gran flexibilidad del sistema de organización social de los gatos para adaptarse mejor a las condiciones del entorno. En general, cuando el alimento se distribuye de forma dispersa, los gatos tienden a una vida solitaria. Por el contrario, cuando aparece una fuente de alimento muy abundante, los gatos relajan su tendencia territorial y acceden a compartirla con otros miembros de su especie. Otros factores, como la variación genética entre individuos y los efectos del proceso de domesticación parecen explicar las diferencias de sociabilidad que se pueden encontrar de unos gatos a otros.

La cara solitaria del gato

Al igual que su antepasado el gato silvestre africano, el gato doméstico es un animal con tendencia a una vida solitaria y territorial. En zonas rurales, los gatos se dispersan y establecen territorios individuales. El tamaño de los territorios es variable y es mayor en los machos que en las hembras. Un macho puede ocupar un espacio de hasta 600 hectáreas, mientras que el de las hembras no supera las 200 hectáreas. Los territorios de los machos no se solapan con los de otros machos, y lo mismo ocurre entre los territorios de las hembras. Un macho puede aceptar que el territorio de una hembra se adentre un poco en sus dominios, siempre que se mantenga lejos de la zona central (ver figura). Durante la época de apareamiento, la necesidad de acercamiento puede ocasionar encuentros no deseados entre algunos individuos, que en ocasiones se resuelven de forma violenta.

La cara sociable del gato

El gato es capaz de mostrarse muy tolerante ante la presencia de otros gatos si el alimento es abundante. Esta situación puede observarse en dos entornos bien diferentes: alrededor de fincas rurales y en los espacios públicos de las grandes ciudades. En las ciudades es frecuente observar grupos numerosos de gatos alrededor de basureros, fábricas o almacenes, auténticos restaurantes para ellos. Los grupos de gatos en libertad siguen una estructura matrilineal, es decir, están compuestos en su mayoría por hembras de la misma estirpe. Las hembras suelen vivir en su grupo de origen durante toda su vida, mientras que los machos pueden emigrar a otros grupos o establecerse en solitario.

Densidad de población

La gran plasticidad de la conducta social del gato hace que la densidad de población pueda también variar de forma notable de unos lugares a otros. En general, la densidad de la población felina en zonas rurales se estima en un gato por kilómetro cuadrado, mientras que en las ciudades puede llegar a ser de hasta 1000 gatos por kilómetro cuadrado.

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