Siempre es muy difícil hablar de este tema, ya que siempre se presta a controversia, indudablemente se complica aun mas si enfocamos ciertos parámetros a distintos lugares y habitad.
Hay sin embargo someramente una gran diferencia que es la eutanasia de un paciente Terminal, y la eutanasia que se produce en animales por controles poblacionales, agresión u otros. Son dos temas tan distantes de encarar que generalmente no se pueden tocar solos.
La eutanasia en animales sanos, es siempre motivo de discusiones que van desde lo moral pasando por lo religioso, legal y hasta en algunos la obsesión a ultranza del mantenimiento de la vida más allá de cualquier límite, aunque este sea malo.
No quiero ponerme en el tapete de esta discusión, pero creo sinceramente que el gato es una animal sumamente distinto que el canino en estado semisalvaje, ya que en su afán de preservación suele en muchas ocasiones transformarse en un trastorno agresivo o de zoonosis difícil de manejar, prueba de ello es el manejo que ha debido hacer Australia de sus gatos ya salvajes, que han sido un verdadero trastorno en la conservación de sus especies autóctonas. Ahora bien sin llegar a ese extremo, si no se implementan programas de esterilización y control de animales abandonados, cuando la organización falla sin lugar a duda en muchas instancias la única solución que queda es la eutanasia. Conclusión no es un problema de los gatos es un problema de los humanos.
El control poblacional a veces se da naturalmente en los gatos, los limites de espacio y alimento, muchas veces la naturaleza los suele marcar, he tenido la oportunidad por muchos años de estar a cargo de la sanidad de un refugio de gatos que sub población oscilaba siempre en los 280 animales cuando agregábamos mas a pesar de darles mas comida en poco tiempo el numero volvía a 280 varias veces intentamos mejorar las condiciones sanitarias para ver si podíamos mejorar el numero, pero los gatos en exceso hacían que haya una muerte segura de varios miembros para llegar de nuevo al numero, después de muchos años, caí en la cuenta que el stress por falta de lugar, hacia indudablemente que aparecieran enfermedades inmunosupresoras que bajaban el número de habitantes a un número tolerable.
Ahora bien cuando llegamos a una instancia de que como clínicos sugerimos una Eutanasia en los gatos, se debe tener mucho cuidado, mucha experiencia y mucho tino para no caer en errores. El trato con los propietarios debe estar orientado hacia los dos lados, tal para aquellos que encuentran una rápida solución en una eutanasia temprana como para aquellos que consideran que se debe mantener la vida a pesar de que llegamos a extremos paupérrimos de salud.
La experiencia como clínicos es sin lugar a duda, nuestra mejor herramienta, no solo por conocer el desarrollo de la patología sino porque podemos conocer muchas veces de antemano las reacciones de los propietarios y así programar una estrategia criteriosa.
Hay muchas patologías que nos enfrenta a encrucijadas, es el caso del PIF. Si bien es imposible diagnosticarla con certeza clínicamente con los años uno la puede "oler" y sabe que los propietarios en muchas ocasiones deben ir preparándose para desenlaces terribles, sobre todo porque si aplicamos corticoides a altas dosis indudablemente veremos una respuesta mágica que alentará e ilusionara a toda una familia, pensando que somos genios y que todo va por buen camino , pero cuando entra en picada a la decadencia irreversible, es cuando, debemos poner nosotros un limite de tratamiento inútil. Aquí entran a jugar otros conceptos, no solamente una cuestión ética sino también una cuestión moral, no cabe duda que en muchos casos la prolongación de un tratamiento a pesar de saber de lo infructuoso conlleva a un tema económico y acortamiento de las ganancias que se podrían tener manteniendo artificialmente por un tiempo mas la vida del animal sabiendo internamente que no sirve para nada. Esa falta de seriedad profesional es la que hace que un momento nos sintamos incómodos, si en realidad prolongamos un tratamiento para congraciarse con la familia porque consideramos que los milagros existen o porque podemos sacar un dinero mas durante unos días esta mezcla de sensaciones encontradas deben lograr un punto sólido para que en un momento sentemos a la familia, a toda si es posible y de la manera mejor brindemos un panorama lo mas cercano la realidad, anteponiendo siempre la posibilidad, que la última decisión la tienen que tomar ellos y que solo lo que damos es consejos. Un buen concejo bien explicado y dado con el corazón siempre es bien aceptado y lleva en la mayoría de las oportunidades a que el perdido cliente en el presente será un futuro cliente de una nueva mascota, que posiblemente no tarde mucho en volver. Ahora bien si el cliente ve, aunque no sea cierto, un dejo de duda o picardía de parte nuestra no solamente perderemos a un cliente, sino que estamos jugando con nuestro buen nombre. Muchas veces me he equivocado recomendando una eutanasia, muchas veces di de baja a animales que estaban por mi soberbia desahuciados, los propietarios y los gatos se encargaron de hacerme cambiar de opinión. Ahora bien, no es la mayoría de las veces que me equivoco y por una minoría excepcional que me equivoqué, no puedo pensar que en mi clínica se hacen milagros. Los gatos son animales que la pelean hasta el fin, sobre todo en accidentes y resistencia a las infecciones bacterianas pero cuando caen en desgracia muchas veces están condenados a sufrimientos largos, esta muchas veces en nosotros prolongarle la vida si es que esa vida merece ser vivida, y está en nosotros aplacar su sufrimiento. Yo al menos no nací veterinario solo para salvar vidas, creo sin lugar a dudas que nuestra principal función es no ver ni sufrir a los animales, ni ver la angustia de una familia completa viendo a su amigo agonizar en muchos casos sin remedio. Después de 20 años de clínico me acongoja esa escena aun. Porque muchos de esos clientes y muchos de esos animales son mis amigos y para mis amigos lo mejor.
Podemos considerar también eutanasias en animales que en condiciones normales no tendrían oportunidad de vivir, tal seria el caso de gatitos que quedan ciegos en rinovirosis o deformidades congénitas , sabemos indudablemente que esos animales podrían vivir, pero ¿Estamos en la vía correcta si un animalito de 60 días de edad pasara toda su vida ciego?, podría este animal vivir si no fuese por la asistencia de un propietario con un corazón grande como una casa, es criterioso recomendar un tratamiento o un manejo que nosotros personalmente ni por casualidad lo haríamos?. Porque al tomar esas decisiones increíbles esos tratamientos imposibles, no nos ponemos en los pantalones del dueño del animal. "Levántesé a las tres de la mañana de le este jarabe, límpiele los ojos, hágale vapor, límpielo y a las dos horas repita el tratamiento" Hay derecho de mandar a hacer esas cosas cuando sabemos muy bien adentro que esos tratamientos heroicos muy pocas veces dan resultado y que probablemente esa persona no vuelva nunca mas a nuestro consultorio por miedo a que se nos ocurra otra locura desenfrenada a horas de la madrugada.
La clave es criterioso, tener conducta y saber de antemano que nos vamos a equivocar mas de una vez lo importante es que el porcentaje de error sea bajo, y que nuestra almohada nos reciba todas las noches con la conciencia tranquila de que hicimos lo mejor, muy pocas veces pude dormir tranquilo sabiendo que un paciente podría haber dejado de sufrir dos o tres días antes sabiendo de antemano de cómo era el desarrollo, como era el fin.